Si hay algo clave en el papel protector del sistema inmune es su memoria. Innumerables artículos con los que nos han bombardeado recientemente insisten en la necesidad de vacunarse y/o infectarse una y otra vez. El argumento esgrimido: la pérdida de anticuerpos tras unos 6 meses, 8 meses, 9 meses, que más da…
Los anticuerpos son los misiles de nuestro ejército. No conozco ningún ejército que lance sus misiles si no hay una amenaza latente. El sistema inmune no conoce los desfiles militares, se basa en la eficiencia.
Tras la vacunación/infección, una vez ganada la batalla, tu ejército para a efectos de recuperar un estado homeostático (de equilibrio). Puede que se jubile algún soldado – al que ya le tocaba- pero siempre se reclutan nuevos soldados.
Al mando de las operaciones quedan los linfocitos T. Estos linfocitos T curtidos en batallas, tienen la experiencia que representa un grado. Si el enemigo (Covid-19) vuelve, se va a encontrar con un ejército experimentado que lo reconoce y que ha perfeccionado – fruto de la experiencia- el método de vencerlo.
Una victoria cada vez más selectiva y fácil: más rápida y eficaz. Esto es lo que va a pasar de ahora en adelante, no tengáis duda. Ya hay inmunidad de rebaño. ¿Que aún habrá víctimas? Claro, la transición de pandemia a epidemia no será de golpe.
Por eso, del pánico inicial hay que pasar a la cautela. Cuidado con los vulnerables: ancianos (inmunosenescentes) e inmunodeprimidos (los pacientes que suelo tratar). Estos no responden o lo hacen en menor medida a los estímulos (vacuna/infección) y por eso su memoria está comprometida. Estos sí merecen todos los booster necesarios. Recuerdan poco, están seniles, hacen la misma pregunta una y otra vez. El resto, olvidaros de la necesidad de vacunarnos continuamente. Quieren convertirnos en esclavos de la vacunación. A veces lo parece. Esto es, en definitiva el mensaje que este artículo nos manda. Pensad. El miedo bloquea el pensamiento.
Artículo de referencia: Gao, Y. et al. Ancestral SARS-CoV-2-specific T cells cross recognize Omicron. Nat Med https://doi. org/10.1038/d41591-022-00017-z (2022).
NOTA: El autor de esta nota declara no tener conflicto de intereses al comentar el artículo.
*** La información proporcionada tiene el único fin de aportar educación a la población general. Para cualquier consulta personal/individual en relación al diagnóstico y /o tratamiento de enfermedades, sírvase solicitar una cita con un médico especialista cualificado.
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